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(Fuente: www.pcb.ub.es)

Según el el director de Salud de la Dirección General de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la Comisión Europea, Octavi Quintana, “España deberá invertir más en investigación en salud”.

En tal sentido España deberá llegar a esta meta si pretende dar cumplimiento al compromiso asumido con los Jefes de Estado de la Unión Europea. Se deberá invertir para lograr este objetivo el 3% del presupuesto total para el 2010. Según el especialista, Europa presenta problemas de fragmentación y falta relativa de inversión, cuando se es comparada con sus principales competidores en la materia, tal como Estados Unidos.

Este aumento de la inversión necesaria en España de un “3% para la investigación requerirá aproximadamente unos 700.000 investigadores más”; exigiéndose entonces una “planificación a largo plazo”.
Quintana enfatizó que en Europa y España, invertir no es una opción, sino LA UNICA OPCION; ya que si no se destina recursos al conocimiento, el desarrollo de la región quedaría circunscrito sólo al turismo.
En un análisis objetivo, se mostró como un punto débil en el sistema europeo de investigación científica en el progreso científico en el área de la salud, la dificultad para llegar al mercado y la fragmentación del sistema de colaboración internacional.
Quintana ha expuesto la importancia, el alcance y objetivos del Séptimo Programa Marco de Investigación que tiene la Unión Europea para proyectos de investigación en el área de la salud. Este programa dispone hasta el 2013 de un presupuesto de 53.000 millones de euros para financiar investigaciones básicas y aplicadas con el objeto de mejorar la salud, y destinar mayores recursos para el estudio de las enfermedades, ya que sólo se destina un 10% de los recursos para investigar en el 90% de las enfermedades del mundo. Entre las propuestas prioritarias para el programa están los proyectos de aplicación de la teoría a la práctica, la traslación desde el nivel básico al pre-clínico y clínico y los relacionados con la biotecnología.
Fundamentalmente, el programa se propone fomentar el desarrollo de la industria farmacéutica que, según Quintana, “está desapareciendo en Europa porque el desarrollo de los medicamentos es cada vez más complicado”.

Como podemos observar, un razonamiento autocrítico, puede llevar a la mejora del sistema, y hacerlo cada vez más desarrollado y competitivo. Si en Europa, y en particular en España, invertir en investigación es la única opción, es claro que para países como Uruguay, perteneciente a la comunidad del tercer mundo, la inversión en investigación científica, en particular en áreas de la biomedicina y biotecnológica es una de las claves para salir adelante como sociedad.
En Uruguay se han logrado concretar algunos importantes emprendimientos en estas áreas, como la creación del polo tecnológico de la Facultad de Química, la creación de la Maestría en Biotecnológica de la Facultad de Ciencias, y la implementación del postgrado en investigación biomédica llevado a cabo por la Facultad de Medicina (facultades de la Universidad de la República); así como la creación de la nueva filial del Instituto Pasteur, en Montevideo, sin duda un acontecimiento muy importante. Sin embargo, queda mucho camino para recorrer: destinar mayores recursos a la investigación, en particular en las áreas anteriormente citadas, creación de doctorados en áreas biotecnológicas, mayor interrelación universidad-industria, mayores dedicaciones docentes y de investigadores, con creaciones de cargos remunerados con salarios que pueda propiciar la total dedicación a las tareas de investigación. Estas reivindicaciones vinculadas con el presupuesto destinado a la investigación, deberán ser acompañadas de cambios sustanciales de mentalidad, que sin lugar a dudas, esto es lo que mas cuesta, cambiar la mentalidad de una sociedad: rehacer la mente para cambiar algunas situaciones: 1) Lograr que gente ya formada, inclusive en universidades de renombre a nivel internacional puedan realizar su tarea de investigación y que no suceda que por no tener los vínculos personales adecuados no logren insertarse en el cuadro de investigadores. 2) Propiciar continuar la formación de los investigadores que han permanecido en el país para llegar a la obtención de la máxima formación, ya sea porque el propio país cuente con doctorados en las áreas de investigación biomédica y biotecnológica, o por medio de la realización de doctorados “sandwich”, esto es, la continuación de estos estudios por medio de realizar el trabajo en laboratorios en el país con estancias en laboratorios capacitados en el extranjero, donde se pueda complementar la formación adquirida en el país. 3) Aumentar el relacionamiento de cooperación en la región e internacional. 4) Mayor y mejor vinculación Universidad-Industria. 5) Propiciar la realización de proyectos que puedan ser aplicados a la producción, fundamentalmente en las áreas de salud, así como emprendimientos biotecnológicos que puedan ser aplicados a corto y mediano plazo, de manera tal que en relativamente corto tiempo puedan ser volcados a la producción nacional, con la posibilidad de generar dividendos al país y con la aplicación en mejorar la calidad de vida de nuestra población.

Sin duda mucho se ha logrado, pero debemos tener un espíritu autocrítico y debemos reconocer que muchísimo aún queda por lograr si tan sólo nos comparamos con la región (por ejemplo: Argentina y Brasil), inimaginable es si nos comparamos con países como España que el despegue en estos últimos 15 años en esta área ha sido vertiginoso. Debemos seguir progresando en tal sentido, reconociendo que mucho aún nos queda por hacer…

Autor: M.Sc. Blanca Velázquez

La información suministrada se basó en reportes “on line” de:
Europa Press
El mundo.es (Salud)