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El mal de Chagas es considerado el SIDA de América. Se estima que hay aproximadamente 10 millones de personas enfermas con mal, donde muchas personas pueden desarrollar enfermedades cardíacas potencialmente mortales.

El mal de Chagas, un mal olvidado ha pasado al centro de la atención gracias a la publicación presentada por la revista PLoS, difundido por el diario estadounidense The New York Times.

Los autores del estudio publicado en la revista PLoS son especialistas en enfermedades tropicales de la Escuela de Medicina Baylor, en Houston, quienes advierten sobre la diseminación del mal de Chagas en el continente americano.
De modo similar al virus VIH, el mal de Chagas tiene un largo periodo de incubación y es difícil de curar.
La infección transmitido por las picaduras de la vinchuca, se propaga con rapidez en países como Bolivia, Colombia, y México y la región de América Central. Es de destacar que en Estados Unidos se han detectado más de 300.000 casos.
Peter Hotez, Colegio Baylor de Medicina.

En según el Dr. Peter Hotez, del Colegio Baylor de Medicina, esta enfermedad, conocida también como tripanosomiasis americana, es causada por un parásito unicelular llamado Tripanosoma cruzi. Es una de las enfermedades tropicales más importantes y a su vez una de las más olvidadas del hemisferio occidental.
El tratamiento consiste de fármacos muy tóxicos, que en muchas ocasiones los pacientes no lograr tolerar, produciendo el abandono del tratamiento.
La enfermedad de Chagas “es una enfermedad crónica que puede durar décadas. Y otra de las dificultades es que se puede transmitir de las madres a los hijos durante el embarazo, tal como sucede con el VIH, además de que los fármacos son demasiado tóxicas para administrarlas durante la gestación”.
Una de las consecuencias más graves del mal de Chagas es que el protozoario Trypanosoma cruzi entra en el corazón y comienza a multiplicarse allí durante años. Esto produce daño en el músculo cardiaco con manifestaciones severas que pueden incluso producir la muerte repentina.

Los principales proyectos vinculados con esta enfermedad está financiada por la organización DNDI en Ginebra, Suiza, donde se busca elaborar “mejores medicinas y más seguras”. En tal sentido, el Dr. Hotez estudia una línea diferente y está intentando alcanzar un prototipo de vacuna mediante la destrucción de los parásitos en el corazón.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que la Organización Panamericana de la Salud considera al mal de Chagas como “una enfermedad de la pobreza”, y como tal concluye el Dr. Hotez, “la mejor manera de evitarla” es simplemente eliminando las condiciones económicas que colocan a amplios sectores de la población americana en una situación de pobreza y marginalidad.