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Según investigadores estadounidenses, los refrescos con gas, incluidos los light, podrían estar relacionados con un aumento de los factores de riesgo asociados a la diabetes y enfermedades coronarias.

Los investigadores observaron que los adultos que beben al menos un refresco con gas al día tienen alrededor de un 50% más de riesgo de desarrollar síndrome metabólico. Esto es, desarrollar un conjunto de factores de riesgo entre los cuales se incluyen: el exceso de grasa alrededor de la cintura, niveles bajos de colesterol HDL conocido como colesterol “bueno”, presión arterial alta, entre otros. Según palabras del Dr. Ramachandran Vasan, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, cuyo trabajo se ha publicado en la revista Circulation: “Cuando se padece de síndrome metabólico, el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria o sufrir apoplejía se duplica; además, del riesgo añadido de desarrollar diabetes“.

Si bien ya se habían realizado estudios donde se relacionaba el consumo de refrescos azucarados con gas con múltiples factores de riesgo relacionados con enfermedades coronarias, el equipo del investigador Vasan ha demostrado que esta relación se extiende también a los refrescos light.
En este estudio participaron aproximadamente de 6.000 hombres y mujeres de mediana edad, y la duración del mismo fue de cuatro años. Se observó que quienes bebían uno o más refrescos con gas al día tenían un 31% más de riesgo de volverse obesos y un 30% más de riesgo de aumentar la circunferencia de la cintura; características relacionadas con el riesgo de padecer enfermedad coronaria. También se observó un 25% más de riesgo de tener niveles elevados de triglicéridos y azúcar en sangre, y un 32% más de riesgo de tener niveles bajos de HDL o colesterol “bueno”.

Se observó que quienes bebían al menos un refresco con azúcar o light al día tenían entre un 50% y un 60% más de riesgo de desarrollar síndrome metabólico. Según el Dr. Vasan, las personas que consumen refrescos, ya sean light o azucarados, tienden a tener patrones dietéticos similares (tienden a ingerir más calorías, consumir más grasas saturadas y ácidos grasos trans, tomar menos fibra, hacer menos ejercicio y llevar una vida más sedentaria).
Si bien los investigadores realizaron análisis y ajustes estadísticos considerando todos estos factores, igualmente observaron una relación directa entre el consumo de refrescos y el riesgo de desarrollar síndrome metabólico. Sin embargo, según Vasan, se tiene que seguir investigando aún más el tema para asegurar fehacientemente que “las gaseosas” tanto con agregado de azúcar como light sean los causantes de este desajuste orgánico.

Fuente: Circulation, 31; 116 (5); 480-488; 2007.