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La disfunción eréctil, también conocida de manera incorrecta como impotencia, es la incapacidad repetida de no lograr o mantener una erección lo suficientemente firme que permita tener una relación sexual satisfactoria.

La disfunción eréctil (DE) tiene varios grados: desde aquel tipo de disfunción eréctil con una incapacidad total para alcanzar una erección, o tipos de disfunción eréctil donde hay una capacidad inconsistente para lograr la erección, o las hay que si bien se logra tener una erección la misma es muy breve.
Según la encuesta de Atención Médica Ambulatoria Nacional (NAMCS, siglas en inglés), por cada 1.000 varones en USA, se hicieron 7,7 visitas al consultorio médico por disfunción eréctil en los años 1985. Sin embargo en 1999, la frecuencia de consultas por disfunción eréctil casi se había triplicado, siendo probable que a medida que se conozca más sobre esta patología y aumente el conocimiento y difusión de la misma estas cifras también aumenten.

Causas de la disfunción eréctil

En los varones mayores, es decir mayores de 65 años, generalmente la disfunción eréctil tiene una causa física, tales como diversas patologías de origen metabólicas y circulatorias, lesiones o efectos secundarios producidos por tratamiento farmacológico. Cualquier trastorno que cause una lesión en los nervios o que deteriore el flujo sanguíneo hacia el pene puede producir como consecuencia disfunción eréctil.
La incidencia de padecer DE aumenta con la edad: alrededor del 5% de los varones de 40 años, y alrededor del 15-25% de los varones de 65 años de edad experimentan DE.

Para lograr una erección es necesario una secuencia precisa de eventos, y por eso las causas de DE son variadas y también el tratamiento debe atacar efectivamente el origen de la DE. Para tener una idea de la intervención de distintos órganos y tejidos para que se produzca una erección, debemos considerar a los impulsos nerviosos en el cerebro, en la columna vertebral y en el área alrededor del pene, así como también las respuestas musculares, los tejidos fibrosos, las venas y arterias ubicadas en las cercanías de los cuerpos cavernosos del pene.

Las causas más comunes de disfunción eréctil es el daño a los nervios, las arterias, los músculos lisos y a los tejidos fibrosos, como producto de una enfermedad. Patologías tales como la diabetes, afecciones renales, alcoholismo crónico, esclerosis múltiple, arteriosclerosis, psoriasis, enfermedades cardiacas, colesterol alto, hipertensión arterial, enfermedad vascular y enfermedad neurológica son responsables de aproximadamente el 70% de los casos de DE. Aproximadamente entre el 35-50 % de los varones con diabetes padecen DE.
Otras causas de DE son ciertas cirugías, en especial la cirugía radical de próstata debido a cáncer, esta cirugía puede producir lesión en los nervios y arterias próximas al pene y causar disfunción eréctil. Diversas lesiones también pueden ocasionar disfunción eréctil, tales como lesiones en el pene, a nivel de la columna vertebral, en la próstata, en la vejiga y en la pelvis, ya que las mismas puedan afectar los nervios, los músculos lisos, las arterias y los tejidos fibrosos de los cuerpos cavernosos peneanos.

Como comentamos anteriormente, muchos medicamentos relativamente de uso común también pueden producir DE como efecto secundario, fármacos para controlar la presión arterial, antihistamínicos, antidepresivos, tranquilizantes, supresores del apetito y algunos tratamientos para tratar úlceras.

Estudios también han vinculado que diversos factores psicológicos pueden ocasionar entre el 10-20% de los casos de DE, factores tales como el estrés, la ansiedad, la culpa, haber sido infiel con la pareja, depresión, una baja autoestima y el miedo a no desempeñarse en el coito. Es de tener en cuenta que es común que los varones que tienen una causa física de DE a menudo experimenten reacciones psicológicas similares a las ya descriptas.

También el tabaquismo puede causar DE, ya que afecta el flujo sanguíneo en los vasos sanguíneos así como anormalidades de tipo hormonal, tales como una cantidad insuficiente de testosterona.
A su vez se ha observado que el incremento de prolactina que pueden producir ciertos fármacos, tales como ansiolíticos y antipsicóticos puede provocar también DE.

Además, causas ocasionales de DE son la tensión, el estrés, ansiedad y estar sumamente ocupado en asuntos laborales ocasiona la no concentración necesaria, generando dificultad para obtener y sostener la erección del pene.

¿Qué hacer para tratar la disfunción erérctil?

En resumen, los factores de riesgo para desarrollar DE son básicamente: el consumo de sustancias adictivas legales (tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol) o ilegales, el estrés, y diversas patologías de origen físico. Como indicador de la disfunción eréctil de origen físico en contraposición con la psicológica, es la incapacidad de lograr o mantener una erección al despertarse por la mañana.

Es importante destacar que la disfunción eréctil que persista por más de 3 meses y que no sea debida a un suceso estresante evidente, al consumo de sustancias adictivas, al consumo de alcohol o a afecciones médicas transitorias que produzcan disfunción eréctil, indica la necesidad de recibir atención médica por parte de un médico urólogo y/o andrólogo, ya que de no recibir el tratamiento adecuado podría en el futuro experimentar patologías aún más serias incluso que pueden afectar seriamente la salud y calidad de vida, por eso es muy importante tratar la DE que persiste por un periodo mayor de 3 meses.

Si usted es una persona mayor, no tiene necesariamente que padecer DE. Si bien como resultado del proceso de envejecimiento, suele haber un periodo refractario mayor (tiempo necesario para una nueva erección después de un orgasmo). La edad también parece afectar el tiempo requerido para lograr excitación sexual y para la erección y la eyaculación. Sin embargo, todos estos cambios se consideran normales para las personas mayores, esto es, cambios no patológicos. Pero, la sexualidad no tiene que desaparecer, si la DE se da más en personas mayores es sólo porque es más probable que sufran enfermedades asociadas a la disfunción eréctil y por el uso de fármacos que alteran la función eréctil, pero no es necesario que se tenga que convivir con la DE, usted puede encontrar el tratamiento apropiado y vivir una vida sexual plena.