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Para algunas personas los días más cortos y la falta de luz, provoca tristeza, falta de energía y depresión, debido a que el corto abastecimiento de luz produce en muchas personas cambios en los ritmos naturales del organismo.

De manera similar a lo que ocurre en otras especies animales, el invierno produce disminución general de las funciones metabólicas y muchos individuos se retirarían gustosos a hibernar.

Esto suele denominarse trastorno afectivo estacional (TAE) o “depresión de invierno”.

Esto se debe a que la luz solar es clave para nuestro estado de ánimo. Cuanto más tiempo estemos expuestos a la luz, mayor es el sentimiento de bienestar general.
Por eso no es de sorprenderse que en el invierno ocurra lo contrario.

Estudios efectuados en la Universidad de Southampton, Inglaterra, mostraon que la mayoría de los adultos, al menos 90%, experimentan cambios sutiles en el estado de ánimo, energía y sueño cuando cambia la estación.

Es importante destacar que el TAE es un tipo de depresión grave y discapacitante porque evita que la persona funcione de forma normal; y su causa principal es la oscuridad, según lo indica la doctora Natasha Bijlani, psiquiatra del Hospital Priory en Inglaterra.
Este tipo de trastorno sólo ocurre en regiones del mundo alejadas del ecuador donde el ritmo biológico natural del organismo se ve trastornado por los días más cortos de invierno. Esto ocurre especialmente en algunas personas donde se piensa que algunas personas son más sensibles a la falta de luz y más propensas al estrés, lo cual puede ser un factor de TAE.

Una glándula en el cerebro que produce melatonina se encarga de controlar qué tan soñolientos nos sentimos, por eso cuando estamos en la oscuridad nos hace sentir con sueño y cuando hay la luz matinal nos ayuda a despertar, pero en algunas personas esta glándula no parece funcionar como debiera y esto los puede hacer más vulnerables al TAE.

Cuando se diagnostica TAE una de las formas de tratarla es con una caja de luz que se coloca junto a la cama y al lado de lámparas de luz natural, los cuales se encienden cada mañana para ayudar a la persona a despertarse gradualmente y poder enfrentar el día. Según explica la doctora Biljani, la terapia de luz ha demostrado ser efectiva en el 85% de los casos de TAE.

Este tipo de terapia es muy simple, ya que cuando es usada de manera regular durante los meses de invierno puede eliminar los síntomas más graves del TAE.