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Un estudio publicado recientemente en la revista Journal of the American Geriatrics Society, ha mostrado que los hombres mayores que roncan o tienen interrupciones momentáneas de la respiración durante la noche correrían alto riesgo de padecer problemas cardíacos.

El equipo de la Western Reserve University, en Cleveland, dirigido por la doctora Reena Mehra, realizó estudios durante el descanso nocturno en los hogares de 2911 hombres de unos 76 años.
En este estudio se observó que aproximadamente el 26% de los participantes tenía alteraciones respiratorias moderadas a graves, definidas como 15 episodios o más interrupciones de la respiración durante un período de cuatro horas.

Según la Dra. Mehra, estos datos coinciden con otros resultados que demuestran que los niveles de alteraciones de la respiración por trastornos del sueño son más altos en los adultos mayores, comparados con adultos más jóvenes; y que a su vez, estos trastornos son más frecuentes en los hombres que en las mujeres.
A su vez, el estudio sugiere que existiría un 20% más de riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular y un 80% más de posibilidad de sufrir insuficiencia cardíaca entre los adultos mayores con la respiración alterada por trastornos del sueño que en aquellas personas que no tienen este problema.

Es de destacar que según los estudios, los adultos mayores con alteraciones respiratorias por trastornos del sueño eran 2 veces más propensos a roncar, un 40% más proclives a tener somnolencia diurna y casi 3 veces más propensos a ser obesos que los hombres sin esos problemas en la respiración.
La prevalencia de la alteración alteración moderada a grave en los trastornos de la respiración durante el sueño, es tres veces superior en los adultos mayores que en los de mediana edad.

Estos hallazgos denotan la importancia de los controles para identificar en los adultos los factores de riesgo más frecuentes de la alteración respiratoria por desórdenes del sueño, como los ronquidos y la somnolencia diurna, a fin de evitar complicaciones más graves en la salud.

Fuente: Journal of the American Geriatrics Society, Volume 55 Issue 9 Page 1356-1364, September 2007.